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Alimento: mercancía o bien social?

¿Qué está detrás de los mostradores del super-mercado? Productos y más productos nos tapan la visión. En el actual modelo de consumo, dificilmente se piensa sobre la procedencia de lo que se compra y toda la cadena productiva e industrial que se esconde por detrás de sus envases. La vida acelerada nos ciega para el modelo de dominación territorial, económica y productiva. ¿Y cuando la producción del alimento es también lo que envenena?

En la periferia de Córdoba, en 2002, el "Grupo De Madres De Barrio Ituzaingo Anexo" comenzó a percibir el aumento gritante de casos de cáncer, leucemias, alergias, abortos, casos de malformación y otras enfermedades entre los vecinos. Desde entonces, las madres del barrio se colocan en la línea de frente de la lucha en defensa de la vida. A través de sus demandas de estudio, se detectó la contaminación del barrio. Las fumigaciones estaban ocurriendo en zona urbana, sin control, sin protección a la población local. Al percibir la responsabilidad del Estado, las madres se han organizado y movilizado por la salud pública. Son 15 años en resistencia, de desafío y monitoreo de los campos vecinos, enfrentándose de frente a las fumigaciones y denunciando toda contaminación proveniente del modo de producción agraria que alimenta toda esta cadena productiva.


Madres

Grupo de Madres de Barrio Ituzaingo Anexo na "Concentración de los barbijos" - Intervenção periódica que fazem na praça San Martin, en Córdoba


Al pedalear por los campos de Argentina este modelo se vuelve cada vez más visible y cada vez más amargo. La lentitud de los kilómetros pedaleados nos da tiempo para observar: un sin fin de hectáreas de campos que se revesan: soja, maíz y trigo. Soja, maíz y trigo. Soja. Maíz. Trigo. Entre los campos, sólo anuncios de grandes nombres del agronegocio que se repiten sin cesar: Monsanto-Bayer, Cargill, Dow-DuPont, Syngenta-ChemChina, SummitAgro. Empresas extranjeras, sobre todo europeas y yankes hacen de la tierra un buen negocio en América Latina.



Campo por onde passamos na Província de Buenos Aires

La tierra fatigada - casi arena. Ya no es la base fértil, la vida. Es el sustrato al borde de la muerte, que recibe semillas, fertilizantes, agroquímicos que lo explotan hasta su agotamiento. Filas interminables de camiones en camino a los puertos. Anuncios de semillas transgénicas que prometen cosechas prósperas. Propagandas con un repertorio interminable de eufemismos. Fábricas de agroquímicos pegados a los pueblos. Almacenes de maquinaria agrícola importados. Mientras seguimos nuestras pedaleadas de ciudad en ciudad es imposible dar la espalda a esta realidad.


“El derecho a la vida, el derecho a la salud, el derecho de la alimentación tienen que ser puestos por arriba de los intereses comerciales de las tantas empresas. [...] El alimento no es una mercancía, es un bien social que tiene que estar al alcance y al acceso de toda sociedad.”


La frase anterior ilustra un poco de la lucha que la nutricionista Miryam Gorban (85) viene enfrentando en estos últimos 25 años de militancia contra el modelo agroindustrial y el paquete tecnológico de cultivo que alimenta el modelo de producción a gran escala, con uso de trángenos y herbicidas .Encontramos Miryam en Buenos Aires y ella, como un gran icono de esta lucha en Argentina y en el mundo, compartió con nosotros un poco de su trayectoria, sobre la importancia de la soberanía alimentaria, de la reflexión sobre la nutrición y procedencia de nuestros alimentos, además de la urgencia de Repensar los modelos de producción y cultivo. En octubre del año pasado por primera vez en la historia Monsanto fue acusada de ecocídio y juzgada en un tribunal popular en La Haya, Holanda. Representantes de diversos países presentaron documentos y pruebas de los efectos nocivos del modelo productivo y de la responsabilidad de la multinacional y sus herbicidas. Miryam, que fue parte del grupo representante de Argentina en el juicio, apunta la importancia del evento:



Miryam Gorban

“Ese tribunal no puede penalizar. Pero si, nos ha dado las herramientas para que nosotros nos apropriamos de ellas. Ahora están en manos nuestras. De poner a la justicia, de condenarlos desde la opinión pública, de organizar una y mil acciones para demostrar quienes son. Para revertir la situación tremenda que nos está tocando atravesar.”

Con su discurso, su actuación en Argentina ha sido intensa. Miryam es coordinadora de la "Cátedra Libre de Soberanía Alimentaria", una clase semanal abierta a la comunidad en una de las Escuelas de Nutrición más importantes del país: la de la Facultad de Medicina en la Universidad de Buenos Aires.


Allí se discuten temas que involucran no sólo aspectos ligados a la alimentación, sino también a los modelos de cultivo y sus consecuencias tanto en la salud humana, cuanto a lo que toca el medio ambiente y la ecología como un todo. Además, apunta a la intervención de las empresas involucradas no sólo en la producción agrícola, sino también en la propia investigación académica:


“Empresas [...] que determinan con sus manos y su accionar perverso la vida y la salud de nuestros pueblos. De cómo comemos, cómo caminamos, cómo andamos, como aprendemos, como estamos en esta universidad [Universidade de Buenos Aires], como estamos en esta escuela. [...] La libertad a la investigación científica, la investigación independiente. [...] Porque acá el Profesor Andrés Carrasco fue el que denunció los efectos de los transgénicos, del glifosato sobre la génisis sobre el desarrollo de la infinidad de enfermedades que nos aquietan . Y por eso fue estigmatizado. No fue estigmatizado la empresa, fue estigmatizado el investigador que se puso de pie y hizo esta denuncia.”


La inversión en investigación y en universidades públicas por parte de estas empresas viene comprometiendo la legitimidad e imparcialidad de la producción de conocimiento. Y así como la producción académica, el debate público todavía tiene mucho que evolucionar. No es sólo semilla y agrotóxico: empresas extranjeras de maquinaria agrícola, tecnologías de transporte e infraestructura lucran muy bien con este modelo. Es la colonización que aún sufrimos. ¿Y este beneficio viene a costa de quién? Muchas cosas se olvidan porque son invisibilizadas.

“Han pasado tantos años. Han costado tantas vidas. Han contaminado, agua, han contaminado el suelo, han contaminado el aire e recien dicen: los agrotóxicos nos enferman. Los agrotóxicos son responsables de enfermedades neurológicas, de enfermedades cardiovasculares, del cáncer, el autismo, de la contaminacíon de las mujeres y enfermidades. [...] La única salida es la salida de este model agro-industrial.”

Varios pueblos originarios tuvieron sus tierras saqueadas y fueron apartadas de su medio de subsistencia. En una sociedad dominada por inmigrantes europeos, todavía se han oprimido, con sus culturas e identidades masificadas, estigmatizadas y atacadas continuamente. La discriminación, persecución e incluso asesinatos siguen sucediendo, sin que sean castigados ni siquiera problemáticos. Campesinos tuvieron que dejar sus pequeñas propiedades por presión del mercado y de la expansión de los latifundios. La automatización de las máquinas agrícolas quita el empleo de aquellos que siguen viviendo en las aldeas y, siendo expulsados ​​de todas las maneras, poco a poco migrar a las periferias de las grandes metrópolis, donde viven en situaciones precarias. Sin contar el consumo y contacto con agrotóxicos, que ha sido la causa de enfermedades letales. Las inundaciones son temas recurrentes en el campo. En los últimos años su aumento ha sido brutal y han sido cada vez mayores. Hay siempre historias y más historias contadas por las personas de nuestro camino. Los bomberos voluntarios que nos reciben comentan siempre las inundaciones periódicas y sus consecuencias. Todas las señales apuntan a la responsabilidad del modelo de cultivo agroindustrial.



El agua de la lluvia se acumula en los campos porque la tierra no absorbe más el agua. No es necesario ser un experto para percibir cómo el suelo está fatigado, arenoso y compactado. La vegetación nativa, que con raíces más profundas favorece la infiltración, ya no existe. En la Provincia de Córdoba sólo queda el 3% de la mata nativa, que ha sido tragada sistemáticamente por los campos de cultivo.


A pesar de todo, los principales medios de comunicación casi no abordan estos temas. Terminamos nuestros días siempre preguntando: ¿cuánto aún está invisibilizado? ¿Cuánta información todavía nos falta? ¿Cuánto tiempo la tierra va a aguantar? Como nos recuerda Miryam, este no es un problema puntual, de una sola región:


“No es un problema del campo. Es un problema de nuestro país, de nuestro sociedad. [...]Es un problema del Estado. No hay estado que no tenga como rol fundamental proteger la vida y la salud de su población.”

_________________________________________________________________________________________________________________________________________________________ Links: Grupo De Madres De Barrio Ituzaingo Anexo https://www.facebook.com/Cristina.Vita.Chave.Marcela/?hc_ref=ARRVNYpFFHZ4mIWVICt57Cohh_Dzz-nAm6UmUHj51m4FhuOnVJmvOmODiElRvkcVx5Y Cátedra Libre de Soberanía Alimentaria - Escuela de Nutricion, UBA https://www.facebook.com/calisanutricion/

Información sobre el tribunal de La Haya contra Monsanto, delaciones, testimonios y sentencias como información sobre la asamblea de los pueblos, que se produjo en paralelo al proceso.

carta abierta sobre la persecución a los científicos:




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